Esto no es ninguna sorpresa. Desde hace varias décadas, las instituciones financieras se dieron cuenta que no se necesita pedir propiedades o fiadores para respaldar a las personas que reciben un crédito y que es mucho más importante conocerlas para saber si son sujetas o no de financiamiento.
Parte de lo que hace un banco para conocer al cliente consiste en perfilarlo con herramientas tecnológicas que evalúen la estabilidad de su ingreso y su capacidad de pago y, por otro lado, al banco le importa mucho que tengas un historial que compruebe que pagas tus deudas a tiempo.
El problema es que muchos jóvenes se encuentran con pared al solicitar su primer crédito por no tener un historial de pago que presentar, algo muy similar a cuando intentas conseguir tu primer empleo y te piden haber trabajado antes.